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Nuestro equipo

Kronk

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Co-founder

Kronk fundó Amigos de Kronk a los 5 meses cuando le diagnosticaron el Síndrome de Privación Sensorial de III grado.

Nació en octubre de 2018, como uno de los 13 cachorros de una camada extraordinaria. Su madre, una Labradora blanca de dulce mirada, y su padre, un imponente Pastor Alemán Sable de gran presencia,. 

Su historia de superación inspira a otros a través de Amigos de Kronk, brindando apoyo y recursos a perros y a sus familias que enfrentan desafíos similares.

Con amor y paciencia, ha demostrado que es posible ayudar a los perros a superar obstáculos y llevar una vida plena y feliz.

Ariadna Basilio

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Fundadora

Con 5 años de experiencia en el mundo canino, mi pasión y experiencia abarcan tres áreas fundamentales: el adiestramiento, la educación y la etología canina. Mi objetivo es fortalecer la relación entre las personas y sus adoradas mascotas.

He ampliado mis conocimientos en áreas específicas, incluida la detección de sustancias olorosas y las intervenciones asistidas con animales. Estas habilidades especializadas me permiten brindar soluciones valiosas para situaciones especiales y desafiantes.

Además, cuento con formación como auxiliar veterinario especializada en nutrición y fisioterapia. Esta formación integral me habilita para abordar las necesidades de salud y bienestar de los perros de manera holística. Me enorgullece ofrecer un enfoque completo para garantizar que tus compañeros peludos tengan una vida feliz y saludable.

Mi Compromiso con tu Perro y Contigo

Como adiestradora, educadora y etóloga canina, mi objetivo es ayudarte a prevenir y afrontar problemas cotidianos con tus perros. Ofrezco asesoramiento experto y herramientas prácticas que mejoran la calidad de vida de tus mascotas.

Estoy aquí para ser tu aliada en cada paso del camino, brindándote la confianza y el conocimiento que necesitas para criar perros felices y equilibrados.

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Conócenos

Kronk y yo

Nuestra Historia

Estaba buscando un cachorro cuando vi en Facebook que regalaban algunos cerca de un restaurante, en un área de basura. Salí corriendo de casa para encontrarlos. Cuando llegué, solo quedaban 4 cachorritos atemorizados, y antes de que pudiera elegir, Kronk puso su patita encima de mí y sentí que él me había elegido.

Cuando lo llevé a casa, rápidamente me di cuenta de que era especial. Tenía 3 meses y, en lugar de ser un cachorro activo e inconsciente, era un perro muy miedoso, casi al extremo. Se asustaba con cualquier movimiento, sonido u objeto nuevo. Siempre se sentía desprotegido y buscaba refugio debajo de una mesa o cama. Era un cachorro muy tranquilo y apenas jugaba. Después de un mes en casa y con las vacunas completadas, llegó el momento de salir a la calle, y mi peor temor se hizo realidad: vivía aterrorizado de salir afuera.

En ese momento, decidí comenzar un curso de adiestramiento canino y, a pesar de seguir los consejos de mi profesor adiestrador, el miedo de Kronk solo empeoraba. Con 5 meses, acudimos a una Etóloga clínica, y tras varias pruebas, a Kronk le diagnosticaron Síndrome de Privación Sensorial.

Esta patología del comportamiento provoca un conflicto en la gestión de la respuesta sensorial ante diversos estímulos, lo que conlleva problemas de adaptación al entorno, generando miedos y fobias excesivas y generalizadas.

En resumen: Kronk era un perro con un miedo extremo a todo. La etóloga me recomendó medicarlo con Selegilina para reducir los efectos del síndrome, un medicamento que en perros funciona como un desinhibidor.

Gracias a la medicación, comenzamos la terapia que se basaba en socializar a Kronk. Logramos que paseara con comodidad por mi vecindario, y después empezamos a trabajar con personas. Uno a uno, mis amigos pasearon a Kronk de manera neutral, sin mirarlo ni tocarlo, hasta que él quisiera acercarse o jugar a que le lanzaran el palo.

Pero llegó un momento en que Kronk aceptó la existencia de mis amigos, pero seguía atemorizándose al ver desconocidos en la calle. Necesitábamos que se acostumbrara a pasear con mucha gente, y ya no sabía qué más hacer. Pero antes de darme por vencida, pensé y pensé, y se me ocurrió hacerme una cuenta en Tinder para Kronk. Subí fotos de Kronk conmigo y la descripción empezaba así: "Buscamos compañeros para nuestras terapias perrunas". Comenté brevemente el problema de Kronk y pedí que me acompañaran a pasearlo. La verdad es que tanto Kronk como las personas respondieron positivamente. De tanto ir a pasear con amigos de Kronk, los amigos de Kronk se le quedaron como su nombre.

Actualmente, gracias a ello y a mucho esfuerzo, hemos logrado que Kronk sea capaz de salir a la calle y aceptar mejor y más rápidamente a desconocidos, tanto dentro como fuera de casa. Ya no se encuentra en un estado de estrés crónico y es mucho más autosuficiente. Si lo ves jugar, parece un perro muy feliz, como cualquier otro, pero Kronk sigue sufriendo el Síndrome de Privación Sensorial, y aún queda un largo camino por recorrer.

A pesar de que todos han asegurado que Kronk jamás será un perro normal, nunca dejaré de intentar que sea un poco más feliz.

Conviértete en el mejor amigo de tu perro

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